Aventuras y desventuras de un consultor acústico

Él es el Guardián Silencioso, el Protector Vigilante. Recorre sigilosamente la noche de nuestras ciudades para combatir el escándalo. No notamos su presencia, pero él se sacrifica para que durmamos en paz. ¿Es un héroe? Quizás. Sabed que su verdadera identidad es la del Consultor Acústico.

Somos muchos los que nos dedicamos a esta apasionante tarea, pero nuestros protegidos no nos conocen, no imaginan hasta qué punto nos esforzamos. ¿A qué nos enfrentamos en nuestra implacable lucha contra el insidioso ruido?

Con esta idea, entre varios sufridos compañeros – y amigos – os hemos preparado una lista de las mejores anécdotas que hemos vivido como consultores acústicos. Esperamos que os lo paséis tan bien leyendo como nosotros recordándolas.

1. El gran Rugido

Concultor acústica Moisés LagunaCualquier consultor acústico sabe que no se debe empezar un ensayo con hambre. ¿Os habéis fijado en cómo se oye un estómago inquieto cuando estáis en el silencio de la noche?.

No tienen por qué saberlo otros que muchas veces nos acompañan, como les pasó a unos colegas que medían en una habitación junto con una tercera persona, cuando oyen a un presunto gato maullando ¿Dónde está el gato?, preguntan. Cuando se percataron de que realmente era un rugido de barriga, y no de felino, no pudieron continuar midiendo durante un rato pero por un ataque de risa. Y qué inconveniente es la risa contagiosa para un consultor acústico en plena faena… el trabajo se alarga y desde luego no da impresión de seriedad.

2.   ¿Quién vive ahí?

Consultor Acústico AnécdotasCuando tenemos que hacer mediciones acústicas nos vemos obligados a invadir la intimidad de personas que nos abren amablemente las puertas de sus casas, muchas de ellas dignas de aparecer en revistas de decoración o arquitectura… y que esconden sus secretitos.

Villas con racks de domótica que podrían figurar como atrezzo del mismísimoEnterprise. Imponentes dormitorios con espejos en el techo, justo sobre la cama – ¿para qué serán? –. Regios cuartos de baño de mansiones árabes, con inodoros elevados respecto al resto del piso, como si fueran el Trono de Hierro. O cuando yo mismo en otra vivienda me topé con un llamativo – y no pequeño – vibrador  en un lugar donde normalmente dejaríamos un cepillo de dientes. Un consultor acústico hace como los Santos Inocentes: ver, oír y callar.

3.   Esos chalados con sus locos cacharros

Consultor Acústico  DodecaedroPorque un consultor acústico no sólo mide el ruido que hacen otros: a veces lo provoca él mismo con sus gadgets. Que levante la mano quien, montando su fuente dodecaédrica, no haya escuchado frases socarronas como: “¿vas a dar una fiesta?” Y cómo cambia la actitud cuando el ruido rosa  suena en todo su esplendor… no, no es agradable.

Yo mismo viví un delirante caso, cuando me tocó medir el tiempo de reverberación de un recinto muy grande, aún en construcción y con albañiles trabajando afanosamente – aclaración: eran de origen asiático –. Éstos aseguraban que mi ruido no les iba a molestar para seguir poniendo baldosas. Usé petardos, se ve que demasiado potentes, porque a la primera explosión vi cómo todos huían despavoridos hacia la calle… el jefe de obra me decía, sorprendido: “Eres el único que ha conseguido que estos se vayan de la obra”.

4.   Me siento seguro

Concultor AcústicoY es que como el consultor acústico siempre anda de noche con aparatos raros – una vez me preguntaron si estaba haciendo cosas paranormales– a menudo termina rindiendo cuentas a los Cuerpos de Seguridad.

Ya sea en aeropuertos, en controles de carretera o incluso en plena ciudad, debemos desplegar nuestras dotes didácticas para demostrar a los recelosos agentes que nuestros sonómetros y cacharros sólo sirven para medir ruido, no como futuristas armas letales.

Nada que objetar hacia su trabajo, que a fin de cuentas velan por nuestra seguridad. Es más, no pocas veces hemos sido escoltados por ellos cuando saben que podríamos correr algún peligro – de vecinos beligerantes o de maleantes –. No son la peor compañía que podemos tener.

5.   La noche es nuestra

Concultor acústico trabajo Moisés LagunaPorque el consultor acústico es nocturno por obligación, así que asiduamente se cruza con los auténticos pobladores de la noche: Desde artistas en potencia que al ver un sonómetro deciden que es su oportunidad de iniciar su carrera musical – ya sean clientes de pubs o barrenderos – a solícitos empresarios que sirven refrigerios mientras repiten, como un mantra: aquí no hay ningún problema de ruido.

Un caso curioso lo vivió un compañero, cuando le tocó medir el aislamiento acústico de un genuino lupanar – fuera del horario de apertura, no penséis mal – que tenía una luz ambiental tan tenue que para poder ver algo tuvo que encender la máquina de tabaco… ¿sería muy desagradable el staff? Eso nunca nos lo dijo.

Estas son algunas vivencias mías y de los colegas Alan AntichAntonio Aranda,Raúl GarcíaPablo Moncayo y Antonio Navas, a quienes agradezco sus ganas de compartirlas y divertirse. ¿Cuáles son vuestras historias más sonadas? ¡Contadnos!